viernes, octubre 05, 2007

Una Historia un Proposito



SOLEDAD

SOLEDAD, ¡! PERO ESTAS RODEADO DE GENTES…

Yo no se si tu alguna vez te has sentido solo, o has estado en un lugar y sientes que no estas completo que algo te hace falta, no logras integrarte al grupo de amigos, vecinos, compañeros de estudio , trabajo, o tal ves eres tímid@, no logras destacar, menos ser popular; no es que no tengas cualidades es porque te aislas o el mundo te aisla, te clasifica, te etiqueta…(nerd, rar@, fe@, gord@, creíd@, orgullos@……….etc.)

Si fueras un paquete producto de supermercado ya no cabrían las etiquetas que te rebajan. Quizás solo en tu mente este todo, tu eres el que se auto califica. No has pensado que esas diferencias son las que te hacen únic@?

Hoy día la cosa es mas difícil hay tantos prospectos, iconos en nuestras vidas y no siempre damos la talla que nosotros mismos nos hemos auto-impuesto.

Por ejemplo yo no estuve conforme con mi cabellos sino hasta los 27 años, siempre me lo veía mal, miraba o otros que tenían un pelo envidiable y manejable y el mío era como el de un snautzer. Cuando tuve mi primer vehículo, siempre había alguien que tenia uno mas moderno, o mejor marca…

Si nos creemos muy listos….tarde o temprano descubrimos que hay alguien mas list@ que nosotros. O alguien mas guap@. O con mas dinero……………………………………………...etc.

Entonces que actitud es la mas sana, la mejor y no caer en lo que cayó Judith Buckmell.

Ella nunca hizo click con el mundo ni con las personas.
NO CONOCIÓ SU PROPÓSITO.

Hoy no quiero hablar del asesinato, si no de su condición la profunda tristeza que había en su corazón, en el momento que escribía en su diario yo me imagino que lo hacia derramando lágrimas. Que es lo que sucedía…….porque tanta soledad. Que la apartaba de sentirse bien consigo misma e integrada a la sociedad.

Que la hacia diferente.
Tratare de hacer un resumen de las palabra escritas en su diario.(no encontré el escrito, ni fuente)
Así que conformate en leer mi resumen:

Querido Diario:
“Has fallado, en realidad tengo 38 años, he tenido muchos amantes; mucho amor ofrecido pero ninguno retribuido.
Cada día envejezco mas, tiendo a engordar, tengo miedo, ya 38 años y no me he casado, tengo temor de quedar embarazada, sobre todo tengo temor de pasar por la vida sin ser notada.
Delante de todos aparento ser feliz pero en realidad la mitad de mi vida es fantasía.
Me pregunto: ¿Dónde están los hombres que llaman.
¿Cuándo harán una llamada verdadera
¿Dónde esta el hombre que me ame de verdad, y no mi cama, mi comida.
Me gustaría tener una vida.
Veo a la gente que están juntos y estoy tan celosa que quiero tirarme encima, !!!! QUE PASA CONMIGO!!!
¿Quién va a llamar a Judith Buckmell?”.

Yo no se si a ti te impresionan estas palabras de diario pero a mi mucho.

EL MUNDO ENTERO ESTA LLENO DE JUDITHS BUCKMELL.
Al buscar en la WEB, encontré un poema de un escritor nicaragüense que también lo impacto la triste historia de esta mujer y redacto un poema, lo incluyo para que veas de que manera lo impacto a el también.
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Poema a Judith Buckmell
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Por Cesar Lacayo

Judith era un grito de soledad subiendo de Coconut Grove.
Se escondían en ella tristezas largas como los ferrocarriles. Soledad de silencios.
Ansias de abrazos. Sequedad de amor. Distante y dolida como una ciudad triste.
Famosos diseñadores la vestían como a las estrellas de cine.
Pero estaba sola con el insomnio de mil noches vacías. Sola como la estadística
de una vida derribada.
Judith Buckmell: El homicidio numero 160 del verano de 1980.
La soledad salía de su apartamento para hundirse en la bahía.
El Miami Herald escribió sobre ella al encontrar su confidente diario solitario.
Sus memorias eran un grito de dolor creciente.
Angustia de soledad de muerte anticipada a su muerte.
Paso como el silencio de una mujer en la muerte abrazando su corazón del frío.
Ah, su sed de cariño. Ah, su hambre de amor.
Judith Buckmell fue asesinada la noche del 9 de junio.
Apuñalada siete veces y estrangulada por manos poseídas por el demonio de la furia
y el huracán de una mente descargando sus cuchillos de violencia y muerte.
Le dolía el aire. Le pesaba el mundo.
Le robaron el último fragmento de su aire doloroso.
Apagaron su martillado corazón vencido de navegar sin puerto.
Judith Buckmell, no murió la noche que sonaban las sirenas anunciando otra muerte
ni cuando la ambulancia era un sepulcro móvil con la muerte encima.
Ni cuando la sangre mancho las sabanas con otra muerte, y salpico de sangre
la ciudad como la primera vez, en el primer asesinato…
y la sangre de Abel esparció en la tierra un olor de muerte o vida derramada.
Ella murió desde antes de morir. La mato la soledad.
Hundida en un grito de sangre como la bahía. Soledad sin voz que nadie oye.
Judith solo quería ser amada, compartir un beso entre dos almas.
Buscaba el fuego de un presentido amor desconocido:
”Donde están los hombres con las flores, la champaña y la música?
¿Dónde están los hombres que llaman y piden una cita verdadera y genuina?
¿Dónde están los hombres que quisieran compartir mas que mi cama”…?
Judith Buckmell fue el grito de una vida solitaria. Sombra hundida en el espejo
de la bahía como sus ojos tristes.
Rodeada de fiestas y de gentes y siempre sola.
Sola como las multitudes. Sola como la desesperanza. Sola como el firmamento.
Sola como la patria mineral en el vientre de la tierra.
”Veo a la gente y estoy tan celosa que quiero tirarme encima…?
Que me pasa?
¿Qué pasa conmigo”?
Judith Buckmell estaba sola como un grito de parto en medio de la noche.
Sola como un Getsemaní o el grito desnudo y ronco de la cruz.
Sola como la angustia o la desesperación desnuda. Sola como la palabra soledad.
59 amantes en 56 meses…. Estaba mas sola que el amanecer de la bahía.
Sola como el grito solitario del abismo. Sola como la lluvia cuando llora.
Nadie la espero para besarla o darle una rosa o un poema de amor una caricia sin sexo.
Codiciaron su cuerpo. Comieron su piel. Bebieron sus vinos. Pero nadie la amaba.
Nadie escucho el grito de los cristales rotos de aquel invierno recio de su corazón.
Estaba sola como los gritos solos que suben de todas las ciudades.
Escribió en su diario:

Quiero llorar y dormir para siempre.
Judith no murió la noche que el cuchillo con locura homicida se enterró en su cuerpo.
Mucho antes la mato la soledad. El silencio compartido a solas.
Murió antes de morir………… Decía…….. y
Solo quería compartir un beso de amor, un te quiero sincero, una caricia.
Así como la luz comparte el día.
Judith Buckmell no estaba sola.
Hay muchos gritos de Judith Buckmell subiendo de muchísimas ciudades.
Gritos que salen de las prisiones y de las casas y de los reinos y, de los gobiernos
y de las escuelas y de los colegios y de los perseguidos y de los fugitivos. Gritos de mujeres y de hombres.
Gritos de Judith Buckmell en las manos del viento. Sombras y bultos que no han muerto. Sombras que mueren sin morir como otros que habiendo muerto, no mueren.
Se oye el grito de Judith Buckmell saliendo de otras gargantas desconocidas y famosas.
De pobres y ricos. Solteros y casados. De arrabales y mansiones.
Judith Buckmell, nunca estuvo sola con su grito dolor maquillado.
Judith Buckmell descansa en paz. Retorno al hogar de donde ayer partió.
Solo quedo su soledad tendida como un grito en la bahía.

FIN
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Si querido lector
He aquí una historia que nos hace meditar.

Me gusto la frase de Lacayo al terminar su poema:

“RETORNO AL HOGAR DE DONDE AYER PARTIÓ”

¿Por qué:
Porque somos almas que un día en la pre-existencia estuvimos en el seno de Dios, bajo las alas del Omnipotente. Entonces como vamos a estar bien en esta tierra cuando nuestra ascendencia viene del mismo cielo.
Solo quiero decirte que nuestra vida en esta tierra es finita, limitada y si estamos aquí es con un propósito, tal vez no hallas encontrado el tuyo y eso es lo que te tiene triste, el no conocer la razón de estar en este mundo.
Solo piensa, soy creación de Dios parte importante de EL, me hizo diferente soy original y lo que yo puedo hacer esta dentro de mi con un potencial eterno, y solo yo lo puedo hacer.

Ese es tu propósito, solo tu puedes tocar la vida de otros con amor de Dios, tu lo traes ya dentro y lo traes del mismo cielo.

Usalo.


Dr. Walter S. Aldana O.